Existe una técnica se llama miseria calculada: el servicio básico debe estar lo suficientemente degradado para que la gente pague por escapar de él. El producto o servicio estándar se deteriora sustancialmente para que los gastos bajen de forma notable o se puedan vender un número mucho mayor de servicios con el mismo coste, y al mismo tiempo se ofrecen opciones extra para aquellos que puedan escapar de la pesadilla básica. Al crecer el coste de aquello que necesitamos simplemente para sobrevivir, se nos priva de otros muchos recursos.
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