En las ciudades se produce un efecto conocido como isla de calor. Se trata de una acumulación de calor por el hormigón, el asfalto y otros materiales que absorben calor durante el día, cuando los rayos del sol inciden en la ciudad. Investigadores del Lawrence Berkeley Lab proponen una solución original y sencilla para combatir este fenómeno: asfalto “frío”, diseñado para reflejar entre un 30 y un 50% de la energía del Sol, en vez del 5% del asfalto más usado.
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