Tres adolescentes, de entre 15 y 17 años, fueron detenidos en Arlington Heights, Chicago, por un robo cometido en un domicilio en el que, además, los peces de la familia aparecieron muertos. Al ser interrogados, los menores revelaron que envenenaron a los animales “para no dejar testigos”. Cuando los propietarios regresaron encontraron a los peces dorados de la familia muertos en su pecera, en cuya agua alguien había echado mostaza, ketchup y diversas especias. Los detenidos se enfrentan ahora a varios cargos de robo y uno por crueldad animal.
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