Este payo no sabe leer ni escribir, pero es capaz de esculpir una réplica de
La Estatua de la Libertad en el ojo de una aguja. Sus esculturas son tan pequeñas que a punto estuvo de inhalar la miniatura de
Alicia en el País de las Maravillas. Le ha vendido todo el trabajo de su vida a un coleccionista por veinte millones de dólares. Flipante también la escultura de Chaplin en equilibrio sobre la punta de una pestaña... Relacionada:
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