Allá por el año 1910 el que quería ir rápido en un automóvil necesitaba un motor grande. Si quería ir todavía más rápido, el motor debía ser aún de mayores dimensiones. Así nació el Fiat S76 y su motor de cuatro cilindros y 28,5 litros, dispuesto a conquistar (y lo hizo) el récord al vehículo más veloz del planeta para la época.
|
etiquetas: motor , coches , fiat