“Mi generación no era diferente a cualquier otra. La ‘ayuda’ ha evolucionado con los año, pero es el echo es que nuestro deporte es condenadamente difícil, durante un siglo todos buscaban ventajas. De subirse a los trenes de hace 100 años a la EPO ahora. Ninguna generación estuvo exenta o limpia. Ni Merckx, ni la de Hinault, ni la de LeMond, ni la de Coppi, ni la de Gimondi, ni la de Indurain, ni la de Anquetil, ni la de Bartali, ni la mía”, ha asegurado.
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