Ha sido maltratada a golpes de tubos de gas y quemada por todo el cuerpo con un cuchillo ardiendo por frecuentar a un joven católico. La víctima es una argelina de solo 18 años y acaba de enfrentarse a uno de sus peores miedos: denunciar a su familia por vejación en la comisaría de Toulon. Los padres la castigaron con dureza y la agredieron por deshonor. Rechazó un matrimonio arreglado con un hombre de 30 años a quien jamás había visto. La razón: su relación con un joven que no profesa el islam.
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