¿Usted se imagina un árbol que merezca ser remarcado en un mapa de escala 1:4.000.000? Pues aunque le pueda parecer sorprendente, ese árbol existía. Y digo bien, existía, porque una vez más, la tontería humana pudo con un árbol que ni los vientos más potentes pudieron con él. Estoy hablando del Árbol del Teneré. Este árbol, una acacia raddiana, era un auténtico tótem para las tribus nómadas del desierto que recorrían el sur del desierto del Sahara en sus caravanas por ser el único árbol...
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