En julio próximo hará tres años que Pablo de la Hoz, un colombiano de 52 años natural de Barranquilla, no tiene su documentación de residencia y trabajo en regla. Es diabético y debe hacerse un control cada dos meses, una analítica que le diga cuál es su nivel de azúcar y que desconoce si podrá seguir haciéndose a partir del 31 de agosto. Lleva catorce años en España, de los que ha cotizado ocho a la Seguridad Social. Aunque renovó en enero su tarjeta sanitaria, en poco más de cuatro meses podría quedarse sin ella.
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