Cada vez son más frecuentes los casos de internautas imputados por apología de la violencia o el terrorismo. Sin embargo, los verdaderos terroristas hablan con absoluta libertad, con ese aire chulesco que revela la pervivencia de una España eterna y cainita, tridentina y reaccionaria, canallesca e inquisitorial. Se acusa a un internauta de terrorismo por pedir a ETA que vuele el Palacio de la Zarzuela, pero un juez desestima la denuncia de Consolación Baudín de Lastra que recibió un pelotazo el 11 de julio de 2012.
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