Simona era la pareja de Antonio. Ambos tenían 2 hijas y ella decidió irse a Rumanía con las pequeñas en 2015. La única excusa que le puso es que las niñas no podían mantener un nivel de vida adecuado en España y “que ella las había parido y eran suyas”. El año 2017 llegó esperanzador. Los tribunales españoles habían fallado a favor de Antonio. Incluso la Corte Suprema de Bucarest había hecho lo propio. El 3 de abril debería ir a por sus pequeñas al país natal de su mujer. Tenía una orden de repatriación de las niñas en la mano, pero no pudo.
|
etiquetas: hijos , secuestro , murcia , rumanía , melonero , padre