Me refiero a quienes, por ejemplo, consiguen con trampa la adjudicación de una obra pública, y a continuación falsean los precios de su costo para enriquecerse robando al bien común. A los hipócritas, tan frecuentes en circunstancias como las de hoy y entre los españoles (?) de hoy, les negaría sin dudarlo la nacionalidad muy poco antes de tirarlos al mar. Casos como algunos, en los que ahora pienso, son un lastre para la convivencia, no digo ya para el progreso común y la común ventura. Cuanto antes mueran, mejor..
|
etiquetas: gala , opinión , corrupción