Las personas con ansiedad no pueden elegir ser felices, no tienen un botón de pausa ni apagado en el cerebro. Cuando le decimos a alguien con ansiedad que solo necesita relajarse, minimizamos la enfermedad. Como si no fuera real, como si no les afectara; como si no fuera algo por lo que deberían estar preocupados. Es como, por ejemplo, decirle a alguien con una fractura en la pierna que no actúe de forma exagerada y que camine y ya. ¿Serías capaz de decirle a alguien con cáncer que solo sonría y siga con su vida?
|
etiquetas: ansiedad , relajación , patología , psicología , ánimo , dolor , trastorno