¿Pero de qué vais? ¿No os dais cuenta de lo ridículo que es vuestro forofismo?
Todo el que me lee sabe que me dan por culo los comunistas, y saben también el respeto que le tenía a Julio Anguita como persona y el respeto que le tengo a su memoria.
Miraos en él, joder, que por lo menos tenéis un espejo. Nadie es tan pobre como para no tener un puto espejo.
¿No veis la diferencia? ¿Tan ciegos os habéis vuelto? ¿No distinguís entre un tío que fue alcalde y otro que sacó su plaza de profesor contra nadie, porque no se presentó nadie más, y encima se atreve a usar la palabra casta desde un puesto universitario? ¿O ya no sabéis lo que es la Universidad?
Anguita nunca hizo ministra a su mujer. Y nunca la hubiese hecho ni subsecretaria de parques y jardines del ayuntamiento de Córdoba, coño, porque tenía dignidad. Y porque sabía donde tenía la polla, y dónde la olla. La olla, por cierto, en una plaza de maestro.
¿Tan enormes os han hecho las tragaderas? ¿Tanto dilatáis?
Y ahora me vendréis con aquello de "y otros más". Pero no me vale. Porque ya sé que Mariano robaba, mentía y leía el Marca. Porque ya sé que Felipe mataba y enterraba en cal viva. Porque ya sé que que Aznar comía pollas tejanas, y el de los zapatos era imbécil integral, quizás el peor de todos. Porque ser idiota es peor que ser malo.
Y tú más, con dos huevos. Dos huevos duros y una magadalena. Y un bocata de calamares.
Pero Anguita no hizo ministra a su mujer ni le buscó un puesto de funcionario a su hijo, que murió por ahí, en casa cristo, dando la cara, a manos de unos cabrones. Si hubiese sido hijo del coletas hubiese vivido cien años, como poco.
Hay que saber qué clase de ídolos elige uno, porque a lo mejor, de vez en cuando, salen de las sombras para exigirnos un poco de vergüenza. O se nos aparecen una noche en una esquina a bajarnos de la burra. A hostias.
Y no soy comunista, joder. Antes pocero. Antes chapero.
Pero vosotros, ¿de qué mierda vais?