Federico Ramos de Armas, actual subsecretario de Presidencia, era presidente de Acuamed cuando en marzo de 2014, el director de ingeniería, Francisco Valiente, denunció las irregularidades detectadas. El número 3 de Moncloa y hombre de confianza de la vicepresidenta en funciones decidió entonces frenar esa denuncia, abortar cualquier tipo de investigación interna y destituir de forma fulminante al directivo que alertó de las prácticas corruptas.
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