Siempre dispuesta a hacer compañía a los solitarios internautas, Alicia viste con sugerente uniforme de asistenta. Cofia, delantal, una escoba y una sonrisa. Se puede jugar con ella, hacerle cosquillas, quitarle el vestido y verle la ropa interior. Se puede tocar y mirar y Alicia nunca se queja. Baila en el escritorio, junto al teclado. Pero no existe. Es virtual.
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