La tendencia privatizadora de Esperanza Aguirre en los nuevos hospitales se extenderá también a los cuatro grandes centros que aún conservan la gestión pública. El Ramón y Cajal, el Doce de Octubre, el Gregorio Marañón y La Paz pasarán a tener una gestión privada de sus servicios no sanitarios, según explicó Sanidad durante la presentación del Plan de Infraestructuras Sanitarias 2007-2011. La privatización supondrá una pérdida cuantiosa de camas: todos ellos se quedarán con entre 700 y 800, cuando ahora tienen entre 1.090 y 1.300.
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