Recuerdo que cuando era pequeño mi madre era la que compraba mi ropa y lo mismo le pasaba lo mismo a casi todos los niños que yo conocía, si bien es cierto que siempre había alguna excepción. Ahora una niña o un niño de 9 o 10 años ya tiene móvil, escoge su pelado, su ropa y todo lo que quiere. Es flipante. Para cuando han llegado a los 14 años, esos niños se creen los reyes del planeta y lo cierto es que en parte lo son, porque las industrias de todo tipo se rinden totalmente a ellos.
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