Pilar Luque se ha pasado 11 años alimentando, cuidando y mimando a una colonia de 22 gatos abandonados en el Retiro. Les ha puesto nombre y tiene cartillas de vacunación de todos ellos. Pero hace unas semanas tuvo que encomendar la alimentación de los felinos a otra cuidadora («no podía asumir temporalmente los 800 euros mensuales que me cuesta su manutención») y le desapareció la mitad de la colonia. En su lugar halló jaulas atrapafelinos del Ayuntamiento de Madrid.
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