Raymond Rowland, un fetichista británico de 41 años fue acusado de utilizar un truco con su propio coche para poder filmar en secreto las piernas de más de un centenar de mujeres en las zonas supermercados. El pervertido pedía a sus víctimas que se sentasen en el asiento del conductor de su vehículo y pisasen el acelerador mientras él trataba de ver qué problema había en el motor. Las mujeres no podían sospechar que el fetichista las filmaba mientras tanto con una cámara situada cerca del embrague, informó el diario The Times.
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