En enero, ganó una demanda contra su escuela secundaria después de que ésta senegara a descolgar una bandera de oración cristiana que estaba colgada desde hace décadas de la pared del auditorio de la escuela. La terrible experiencia de meses de duración le costó sus amigos y trajo la crítica a su familia. "Aprendí que no importa si la gente me odiaba por ello", dijo. Ella compartió su historia con más de 700 personas en Skepticon, una convención anual pastafari que celebran escépticos en el corazón del Cinturón de la Biblia.
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