Si el año pasado, el primero en el que Telefónica sometió a consulta los sueldos del consejo de administración, los accionistas ya amonestaron a César Alierta por las generosas retribuciones, en la Junta General celebrada el pasado viernes los inversores institucionales de la operadora le sacaron tarjeta amarilla. El 45% de los asistentes votó en contra de la política salarial.
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