Una escuela de artes marciales en Moscú ha comenzado a impartir clases de defensa personal que se aprovechan del popular accesorio fotográfico para inmovilizar agresores. Cuando decimos inmovilizar, en realidad es más bien abrirle la cabeza al infortunado ladrón después de tumbarlo con una llave en algo que solo podemos calificar como un fatality digno de Mortal Kombat. En Rusia no se andan con tonterías.
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