Un grupo de anarquistas ha abierto un restaurante en un edificio okupado en Bristol (Inglaterra) en el que el cliente paga lo que considera oportuno por la comida. El menú consiste en platos sudamericanos y varía cada día. Incluso está permitido fumar en él. El colectivo no quiere dar el nombre ni la dirección del restaurante, no por temor a las autoridades, sino porque temen una excesiva afluencia de público, después de que se completaran todas las mesas para cuatro días sin ni siquiera haber repartido todos los 'flyers'.
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