Las bicicletas eléctricas, implantadas la pasada primavera y borradas del mapa poco tiempo después sin que se conociera su paradero, han resurgido, aunque con matices significativos. A partir de ahora su gestión y mantenimiento no correrá a cargo de los extinguidos cuidadores de barrio del Casco Viejo (Vigo), como pretendían, sino de una empresa. La junta de gobierno del Concello aprobó ayer la adjudicación a una firma de bicicletas, cuya oferta fue presentada el 3 de junio y a la que se pagará por el servicio 20.650 euros.
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