Pues eso dice este estudio. Se quejan fundamentalmente de falta de reconocimiento, remunaración no acorde a sus expectativas, y ausencia de posibilidades de promoción. Es curioso que mientras los que no lo son, suspiren por ser funcionarios los que ya lo son, no parecen muy contentos. ¿será que no han experimentado lo que hay fuera?, o no es tan bonito ser funcionario como lo pintan.
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