Quizá una de las consecuencias de la crisis es la pérdida de trabajo y su consecuente busqueda de otro trabajo. En esta busqueda puede que nos rechacen, aunque desagradable es inevitable. El rechazo puede venir de la persona amada ante la frase "¿Quieres salir conmigo?" o de nuestro jefe cuando le pedimos un aumento de sueldo: "Son lentejas". No es una buena experiencia, pero gracias a ella es posible aprender como enfrentarse al rechazo sin que nos destruya.
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