Resistentes a las manchas y al sudor, con eso parecía que tenía suficiente para hacer mis sesiones de running y bicicleta. Dejaron de funcionar después de la primera sesión. Los cambié por otro par, que dejó de funcionar también tras el primer entreno. En resumen: soy el afortunado propietario de unos auriculares diseñados para hacer deporte que se estropean a la media hora de ponerse a correr debido al sudor. Gracias Nokia. La realidad es dura, pero hay que admitir que son los 60 Euros peor gastados de mi vida.
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