Al filo del mediodía del 31 de enero de 1980 se reunían en la embajada española el ex vicepresidente de Guatemala, Eduardo Cáceres Lehnhoff y el ex canciller Adolfo Molina Orantes con el embajador de ese entonces, Máximo Cajal. Cuando irrumpieron aproximadamente 30 campesinos. El ejército recibió órdenes de tomar al asalto la embajada e incendió el edificio. El resultado fue el asesinato de 37 personas y la ruptura de relaciones diplomáticas entre España y Guatemala. El embajador Cajal y un campesino fueron los únicos sobrevivientes.
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