Si tengo algo que reconocer es que, durante bastantes años, había sido una persona bastante apolítica (no confundir con centrista). Independientemente de mis circunstancias personales, en un plano político y social me sentía bastante desengañado con el mundo, incluso apático. Daba por hecho que las cosas eran como tenían que ser, aun cuando ese “eran” dejaba de ser del todo deseable.
Mi impresión era que los políticos siempre harían cosas de políticos (mentiras, robos, insultarse entre sí, ser incompetentes, agarrarse al poder; ya sabéis, ese tipo de cosas de las que todo el mundo es consciente), que la calidad de tu futuro puesto de trabajo era una lotería en la que tenías poco para hacer, que había miles de millones de personas a las que le había tocado nacer extremadamente pobres a las que aliviabas con donaciones si te sentías especialmente generoso (y podías permitírtelo) y que se avecinaba una gran catástrofe ecológica cuya proporción jamás se ha visto en nuestra historia la cual muy difícilmente vamos a ser capaces de esquivarla. En ese sentido me hallaba bastante deprimido.
No tenía ningún tipo de trabajo soñado ni de gran vocación con lo que estaba, y estoy, abocado a trabajar en cualquier sitio por supervivencia hasta que me retire, no sé, quizás medio siglo después. Hay infinidad de hobbies y otro tipo de entretenimientos para pasarlo bien, quizás las condiciones laborales serán decentes; por supuesto. Pero al final es pasar la mayor parte de mi vida trabajando en algo que no me interesa, viendo cómo se avecina un semi-apocalipsis y siendo consciente de la miseria a la que está precipitada la mayoría de la población del mundo la cual, por cierto, en un desliz económico del mercado de valores y/o un mal gestor podría estar también yo destinado. Cuando imaginaba mi futuro me parecía como la “nieve” de una tele antigua sin sintonizar, nada que buscar, solo ruido. Y como estaba diciendo, viendo el proceso electoral y todas las fuerzas superiores a mi luchando entre sí; la conclusión es que yo como individuo no podía hacer prácticamente nada en contra de ello.
Esta era mi imagen hasta hace no tanto tiempo. Una imagen que tras un pequeño viaje de profundización e introspección he ido rompiendo poquito a poco, hasta que hace unos meses, no mucho más de medio año se ha acabado de romper por completo. En retrospectiva lo que me faltaba para poder abrir los ojos era vocabulario, como en esa cita que me encanta desde que la leí de adolescente de Wittgenstein (en clase de filosofía, no soy un erudito :P) aunque él la usaba en otro contexto: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Me faltaba como un armazón, una serie de conceptos o de ideas que hiciera de un sitio desde donde sentarme y poder hacer sentido del mundo a mi alrededor. Y como podéis imaginar este armazón soñado tenía un nombre: anarquismo.
Así que lo que quiero explicar un poco es como he llegado de persona desconectada de la política (como tan gran parte de la población) a ser uno de esos que supuestamente queman contenedores y pegan a pobres nazis en la cara según los medios de comunicación. Esa imagen está muy sesgada y por lo menos mi anarquismo va más sobre construir que destruir, pero bueno, oye no les voy a quitar la ilusión.
Es completamente natural que os preguntéis a este punto: ¿Qué coño hace tío contándonos su vida? Y tenéis toda la razón. Hay una infinidad de personas que escriben mejor que yo sobre este tema y otros tantos superiores a mi tanto conceptualmente como formalmente, yo solo soy un novato en esto y estoy seguro de que casi cualquiera de este sub tiene más conocimientos que yo que solo he leído un par de libros y he bebido de vídeos y comentarios en varias webs. Pero ese no es realmente mi objetivo, aunque tampoco sé explicarlo muy bien. Simplemente llevo varios meses viendo como este sub es prácticamente un descampado y con la totalmente irrealista idea de que quizás, aunque sea solo una persona, alguien con la afinidad correcta y desesperanzado se pasee por aquí y leer esto u otras cosas le inspire a cambiar de posición para poder mejorar un poquitín su vida. Así que, si me perdonáis voy a daros la turra un poquito más. Si queréis, claro, estaría muy chulo si pudieseis compartir como habéis llegado hasta aquí vosotros; ya que dudo que haya muchos que hayan nacido anarquistas.
Primero, para esa persona remotamente hipotética que lea esto. ¡Hey! Bienvenido a este sub semiabandonado. Seguro que tienes muchas reticencias sobre el anarquismo por lo que hayas leído u oído en según qué lugares, pero te prometo que no mordemos. Si tienes dudas o algo que quieras debatir sobre esto al menos yo me ofrezco para lo que de lo que quieras hablar o preguntar. En lo que queda de este artículo no voy a hablar tanto de las críticas y soluciones del anarquismo para este lio en el que estamos enredados porque no es el tema por el cual yo llegué a este armazón de ideas y este artículo ya va a ser eternamente largo (lo siento por el tamaño), pero te aseguro que las críticas de los pensadores anarquistas son bastante más certeras y profundas que las mías. Si quieres saber más puedes buscar algo de literatura básica (hay una infinidad de artículos explicando el anarquismo) o quizás me acabe animando a hacer algún otro artículo más, con algo de suerte más escueto que esto. Lo único que tienes que saber por ahora para relacionarlo con el resto es esto:
El anarquismo es una gran de familia de diversas teorías sociopolíticas anti estatales y anticapitalistas que consideran que la única forma en la que la humanidad puede llegar a ser igualitaria y libre es aboliendo todas las jerarquías (ya que en las jerarquías esta la base del autoritarismo, el poder para subyugar a otros, la corrupción…).
Su objetivo final es la anarquía: algún tipo de sociedad basada en la libre asociación entre personas; normalmente bajo alguna clase de democracia directa horizontal a nivel municipal/laboral, propiedad colectiva de los medios de producción (fábricas, campos, minas…; no hablamos de cosas personales) y la solidaridad y apoyo mutuo como consigna.
Para que lo entiendas un poco mejor, el anarquismo lo que hace es coger la trillada dicotomía individualismo vs colectivismo y decir: ¿Por qué no los dos? Se pregunta: ¿Se puede ser libre si no tienes los mismos derechos (igualitarismo) y poder que otros? ¿Cuál es el punto de que todos sean iguales si no puedes elegir libremente en tu vida en que quieres involucrarte (ej. laboralmente) y en qué no? ¿Cómo se puede compaginar sin jerarquías toda esa potencialidad en el individuo (libertad, realización personal, artística, científica) con la convivencia en la comunidad que es la que nos hace los animales sociales que somos? Y esto, bajo mi sesgado punto de vista, es bastante fascinante. Pero, coge una imagen mental de estos párrafos y volvamos al tema.
Mi recuerdo de involucración política más temprano, ya que soy bastante joven, fueron las protestas del 15M en 2011, que me pillaron como un curioso chaval menor de edad y estuve de pasada una vez tanto localmente como en la puerta del sol. Porque esto requeriría profundizar e investigar bastante más, y ya que sabemos lo que pasó no voy a ahondar mucho en esto. Las protestas se caldearon en el clima ideal de ese bipartidismo ladrón eterno apadrinado por banqueros, con todas las buenas intenciones del mundo y, cabe decir, que pese a que se llamaban apartidistas se organizaban y hacían cosas que ahora veo como un poco anarquismo light, un casi pero no. La cosa es por x o por y (movimiento demasiado ideológicamente diverso, manipulación de medios de comunicación, boomers que solo votan a la derecha, otros temas…) un movimiento de raíces populares, autogestionado por el pueblo de los “indignados” en busca de una democracia directa y participativa, fracasó. Es leer en Wikipedia las propuestas consensuados en el Asamblea de Sol y reírse por no echarse a llorar, porque yo diría que la gran mayoría todavía no se han cumplido y es posible que no se vayan a cumplir en ningún momento. Desde mi nueva perspectiva esto también les pasa un poco por moderarse y contentarse simplemente con nuevos partidos políticos (entre otras cosas) para salir del embrollo. Tan cerca pero tan lejos…
En fin, este movimiento se acabó desinflando como un balón de playa pinchado, en particular cuando vino el coletas para dárselas por sus narices como mesías del 15M y llevarlo todo a un partido personalista que en la práctica se ha quedado en socialdemocracia descafeinada con algunas ideas de socialismo democrático que, siendo sinceros, nunca jamás van a poder sacar adelante en una legislatura. Fíjate por ejemplo que para la renta mínima que tiene apoyo de muchos capitalistas (que si no se les puede acabar el chiringuito en un futuro) por lo que no es necesariamente muy de izquierdas que se digo ha sido necesaria la mayor crisis epidemiológica de estos últimos 102 años para llevarla adelante y va a durar hasta que vuelva a ganar la derecha. Los dos partidos del bipartidismo no han sufrido ninguna consecuencia real a largo plazo por su larga lista de crímenes sociales y financieros.
Más adelante, según leí algo más me di cuenta de que este clima de privilegios, ineptitud y corrupción existe desde la creación de la democracia española moderna a mediados del siglo XIX (Véase: La semana trágica de Barcelona, el desastre del Annual y el trato al informe Picasso, estraperlo, corrupción franquista, los GAL, caso Bárcenas, caso EREs de Andalucía… entre muchos otros) Del 15M me llevé inadvertidamente muchas cosas. Por saber:
· Conocimiento de que el sistema electoralista está completa y fundamentalmente roto, tanto desde un punto matemático como ético (no es justo) o social (no cumple su función requerida). Esto me llevó a interesarme por sistemas de voto alternativos, pero me acabé dando cuenta de que, pese a que son objetivamente mejores que los actuales, no terminan de solucionar todos los problemas ni de lejos.
· Conocimiento de la larga historia de ineptitud, corrupción y robo generalizado por la clase política española. Por si no fuera claro ya, ahora era evidente que no hay ningún tipo de meritocracia o razón por la que hacemos bien en fiarnos de ser gobernados por quienes nos gobiernas.
· Una apatía completa después de su fracaso ante el estado de la situación que me llevó a desvincularme de pensar en hacer cualquier actividad política futura (apolítico)
· Un pequeño pensamiento inadvertido de que esto de organizarse por sí mismo en asambleas o en otra cosa tampoco estaba tan mal y que a lo mejor el estado no era tan necesario. Supongo que esto hace mi posición anarquista algo más pragmática que lo usual (mi idea una especie de “si algo no funciona pues habrá que cambiarlo por algo mejor”) aunque eventualmente he descubierto estar bastante de acuerdo con muchas críticas hacia el estado de pensadores anarquistas.
Estas ideas que ya tenía rondando mi cabeza se acabaron solidificando en torno a 2016 cuando UK votó en un ramalazo xenófobo por abandonar la UE pese a que todos los expertos advertían que podría ser un desastre descomunal (el jurado todavía no ha deliberado sobre esto) y en Estados Unidos acabaron votando al vertedero humano que es Donald Trump. Por alguna razón, quizás como los que no pueden apartar la vista de un accidente de tráfico inesperado mientras lentamente se van pasando su coche a su lado, estuve siguiendo con bastante cercanía todo su espectáculo político y la absurda influencia e irracionalidad de los medios de comunicación y la propaganda política en ese país. Allí vi (y presté atención por primera vez a) cómo se acaba inculcando y propagando el odio al extraño, la justificación de frases y a veces hechos horribles, la conspiranoia, la disociación mental entre la miseria que viven y las causas de esta; como toda la supuesta meritocracia política es la mayor farsa posible, como se ha visto desde entonces al llevar a uno de los mayores idiotas, iletrados, incompetentes y mentalmente inmaduros, por no alargar la lista más, que he visto al mayor puesto de poder político del mundo. Toda su (in)acción y falta de respeto ante una gran pandemia no he hecho más que reafirmarme en mi pensamiento de lo tremendamente peligroso para su país, el mundo y la democracia que ha sido su elección por un lado y lo fundamentalmente roto que está el electoralismo por el otro. El nacionalismo y el conservadurismo crean monstruos.
Además, este giro del péndulo hacia los movimientos ultraderechistas cuando no directamente neofascistas tanto allí como en muchos otros países (Hungría, Polonia, Turquía, India, Brasil…) me ha hecho temer mucho por la libertad, el bienestar y la seguridad vital de muchos grupos de personas. Esto acabó unido a cuando descubrí una serie de vídeos en YouTube del pseudo-colectivo de creadores de contenido de izquierdas de BreadTube, especialmente el relacionado con cuáles son sus infectas bases ideológicas y como se aprovechan de todos los resquicios posibles para transmitirlas (particularmente a jóvenes solitarios, olvidados por el estatus quo, coaccionados a tener un trabajo basura para sobrevivir y que carece de una red social de amistades y relaciones sentimentales) me abrió los ojos en torno a cuanto rechazaba sus posturas y por qué hay que luchar contra ellas.
Y ahora, la economía:
Todo esto ha sido hasta ahora ha sido sobre la política en general y el estado en particular. Sin embargo, a su vez mi posición sobre la otra mitad del pastel (el sistema económico) ha ido también cambiando a lo largo del tiempo. No recuerdo haber sido nunca muy pro-capitalista, pero supongo que era algo que daba por hecho en el mundo, como un “así son las cosas y te tienes que acostumbrar a ello”. He recibido algunos años de formación en ciencias duras y el método científico, y allí es cuando me di cuenta de que a lo mejor la magnánima ciencia de la economía (con el subtítulo oculto de “capitalista”) que guerrea entre muchas escuelas y corrientes contradictorias según qué estandarte lleven o que grupo de gente les pague, que parece incapaz de predecir casi nada (o al menos hay mucho interesados en hacer predicciones sesgadas para su beneficio posterior en el mercado de valores), que habla de sus principios como si fueran leyes de la naturaleza pero esas leyes fallan más que una escopeta de una feria (todas estas cosas inimaginables en las ciencias duras o incluso en la psicología o sociología), pues a lo mejor no se parecen una mierda a una ciencia seria y no es más que una justificación ad-hoc de un dogma (o quizás simple propaganda). Todavía me cuesta creer a cualquier economista como eminencia en cualquier tema que no sea lo más estrictamente básico.
En mi viaje personal hasta aquí he terminado leyendo suficiente como para enfurecerme ante las absolutamente penosas condiciones laborales y económicas que tenían las clases trabajadoras, la gran mayoría de la población, desde la revolución industrial; rozando en muchos casos la esclavitud cuando no usaban directamente esclavos, claro. Como los jefes de fábricas eran absolutamente reticentes a hacer el cambio hacia la más mínima mejoría de esas condiciones laborales aun cuando podían; amparándose en que ese cambio sería, según ellos, la ruina para su negocio (obviamente con la vista desde ahora vemos que todas estas declaraciones eran mentiras). Cuando acabó surgiendo el movimiento obrero todas las protestas de la clase proletaria eran reprimidas, a veces de manera sangrienta, tanto por compañías privadas de seguridad como por la repugnante colaboración con las fuerzas de seguridad del estado. El mayor ejemplo aquí, de nuevo, es Estados Unidos donde hemos acabado viendo lo que ocurre cuando se aplasta por completo los movimientos de izquierdas, pero en toda Europa y aquí mismo en España pasó bastantes veces. Logros como la jornada de 8 horas, que por cierto fue conseguida en parte por lo anarcosindicalistas, fueron décadas de lucha ante la avaricia y la cabezonería.
En el momento en el que traté de trazar paralelismos entre esta situación histórica y la situación actual para ver cuanto habíamos progresado me sorprendí de ver como la mayoría de los avances laborales, a los que tras décadas de encarnizada lucha habíamos alcanzado como sociedad, estaban balanceándose en un peliagudo peligro. He aquí algunos ejemplos:
· Quizás ya no se trabaja oficialmente más de 12 horas diarias, pero en estas “nuevas” 8 horas no se cuentan la inmensa cantidad de horas perdidas yendo y viniendo del trabajo, en horas extra a veces no retribuidas y las horas extra en su casa que también trabajan algunos en ciertas empresas. Mucha gente simplemente no tiene tiempo para hacer algo que no sea trabajar o descansar del trabajo. ¿Por qué no, con el enorme progreso tecnológico y productivo simplemente trabajamos menos y disfrutamos menos de nuestra vida fuera del mundo laboral en lo que queramos?
Uno de los primeros libros que leí seriamente de anarquista fue ni más ni menos que el famoso (en círculos anarquistas) “La conquista del pan” de Piotr Kropotkin y en él ya dedicaba una barbaridad del libro a elucubrar y hacer cálculos para demostrar cómo era posible dar con las mejoras tecnológicas de entonces todos los recursos y bienestar para todos y con una cantidad de horas trabajadas muchísimo inferior a la de entonces e incluso a la de ahora. Ese libro se publicó en 1892. ¿Es concebible que no sea ahora, en 2020, con el inmenso progreso tecnológico que tenemos y el que está por venir, muchísimo más asequible que entonces? Dejadme recordar uno de estos datos que todo el mundo ha oído, pero siempre se nos olvida: A día de 2009 ya podíamos alimentar a 10 mil millones de personas en el mundo.1 Y sin embargo se mueren de hambre 9.1 millones de personas en el mundo cada año.2 Alimentar al mundo y tener horarios razonables es, en teoría, perfectamente compatible.
· Con la globalización ya no hay tantas penurias como entonces en nuestras fábricas, pero las hemos trasladado a los talleres en lugares como China, Indonesia o Tailandia donde ha vuelto a resurgir el semi-esclavismo. La riqueza de muchas naciones desarrolladas depende de la pobreza extrema de otras.
· Nuestra productividad sube y la inflación también (que repercute en nuestro coste de vida) pero y sin embargo los sueldos se mantienen o crecen menos de lo que deberían y la escasa oferta laboral obliga a muchos a aceptar trabajos con sueldos de mierda muy por debajo de su formación.
· Con la llegada de la “gig economy” (ya sabéis, empresas como Uber, Cabify, Amazon y otras tantas empresas punteras tecnológicas que dicen no contratar empleados sino “freelance”) ha llegado de nuevo la falta de regulación de las actividades empresariales, condiciones pésimas de trabajo y como estos no se trabajadores no están en sindicatos ni tienen apenas fuerza para negociar se tienen que contentar con lo que tienen. Invito a los que no las conozcan todavía que busquen las historias de terror que han tenido algunos trabajando en los almacenes de Amazon o conductores de Uber (por cierto, 3500 de ellos recientemente despedidos a la vez como ha llegado a portada recientemente)
Toda esta realidad es a menudo negada por la clase capitalista para su propio, cada vez mayor, beneficio; como evidencia el incremento de la desigualdad en todo el mundo por el cual hasta revistas como el Financial Times3 (aka. de lo más capitalista que te puedes echar a la cara) y colectivos de muchimillonarios y CEOs4 5 les han llamado la atención, llegando a decir que a lo mejor había que ir chapando la idea básica de que en el capitalismo fundamentalmente se busca la maximización del beneficio. Luego lo que acabaron pidiendo como sustituto era pura palabrería vacía pero mi punto se sostiene. Algunos dirán que la desigualdad no es inherentemente mala pero esas personas no se han dado cuenta de que de base el capitalismo funciona sobre la escasez, real o artificial. Si hubiera suficiente para todos, con todo el mundo consciente de este hecho y sin fuerzas privadas o económicas haciendo cumplir esa escasez, no tendría ningún sentido que el sistema económico fuera el capitalismo. Y como está basado en la supuesta escasez de no tener para todos se sigue lógicamente que cuanto más coja uno del montón menos queda para el resto. En fin, que solo hay ricos en el capitalismo porque hay muchos pobres y viceversa. En enero de este mismo año Oxfam Intermón reveló que los 2153 milmillonarios que hay ahora en el planeta tienen tanta riqueza como los 4.6 mil millones de personas pobres del mundo6 7 (en torno al 60 de la población mundial y hablamos solo de los más ricos posibles).
Para mí, el clavo que acabó de apuntalar el ataúd del capitalismo es su completa incapacidad de responder a problemas graves globales en un futuro que no les puedan reportar beneficios tempranos. Podría hablar aquí de cómo al liberalismo (que es la corriente ideología principal sobre la que se sustenta el capitalismo) se la sopla por completo el ascenso y aprovechamiento de sus medios que han hecho los ultraderechistas pese a decir que están en contra de sus planteamientos, o como su mismo politiqueo y culto al mercado ha retrasado las medidas de contención necesarias, incrementado la virulencia de la pandemia actual y llevando al peligro de nuevas olas de contagios pero eso va a ser otro día.
El problema que estoy mencionando es realmente el cambio climático. Advertidos por climatólogos y otros científicos de lo tremendamente peligroso que es correctamente durante literalmente más de 40 años8 9, sus soluciones han sido tremendamente escasas y tardías. Algunas petroleras y lobbies neoliberales (pagados por ellas por supuesto) hasta han llegado a financiar durante décadas el discurso y la propaganda negacionista del cambio climático10 para poder depurarse de responsabilidades y no tener que hacer nada por ello, pese a haber estado entre los primeros en conocer los efectos perniciosos a largo plazo. Las grandes naciones parecen incapaces de llegar a ningún tipo de acuerdo debido a que contaminar una barbaridad es un paso necesario para que las naciones en desarrollo “crezcan” (en términos neoliberales, claro) y dejar de contaminar es un hándicap de competitividad para las naciones desarrolladas. La esperanza de que puedan limitar lo suficiente las emisiones de gases invernadero para mí ya es nula y cada año que pasa sin que lo hagan no solo se les agota más el tiempo, sino que además les obliga a disminuir a un ritmo mayor las emisiones, que es más complicado todavía. Ya, a fecha de hoy, por la inercia de los sistemas oceánicos y atmosféricos ya hemos contaminado nuestro planeta lo suficiente como para llegar a efectos catastróficos de aumento de temperatura durante décadas, incluso si mágicamente pasáramos a emitir 0 C02 globalmente ahora mismo. El objetivo de no sobrepasar los 1.5 grados de incremento de temperatura es ahora considerado como muy improbable11 y el de no pasar de 2 grados de incremento de temperatura tampoco parece tener un muy buen augurio (menos del 5% en 2017 12 y las emisiones han seguido sin bajar). El cambio de la catástrofe entre 1.5 y 2 grados es aterrador (ver esta cita13) pero todavía podría ser aún mayor.
Terminando que es gerundio:
En mi mundo de las ideas esto es algo que no podido articular hasta hace no mucho tiempo, pero me he dado cuenta (o quizás me he acabado convenciendo a mí mismo) que mis críticas a todo el sistema de democracia representativa solo pueden venir por dos lugares: o un intento de regreso a algún tipo de régimen dictatorial (o una reducción de la democracia) o un esfuerzo noble de intentar restaurar e incluso aumentar la fuerza de la democracia en nuestras vidas. La democracia parcial representativa que tenemos simplemente no funciona. Y como podréis pensar, yo no puedo estar más lejos de la primera opción.
Por otro lado, el estado (es decir, las series de instituciones políticas famosamente descritas por Weber como las que tienen “el monopolio legal de la violencia” esto es: el gobierno ejecutivo, el parlamento, el órgano de justicia, el ejército, capitalistas asociados… No tan antiguamente esto incluía cosas como la Iglesia o la monarquía) en su mejor caso posible es: inútil e innecesario, un supuesto mal menor que roba tus recursos con corrupción y compadreo protege a la clase capitalista (esto es; los que son los jefes de compañías, CEOs y demás propietarios de sitios como fábricas y latifundios entre otros) y por su empeño en preservar el estatus quo impide directamente y/o pasivamente el cambio social necesario. En su peor caso posible es algún tipo de dictadura o régimen ultra-retrógrado que quiere limitar fuertemente tus libertades y derechos, es decir, las cosas que te hacen un persona plena y formada para ser alguien que pueda tener una vida satisfactoria, forzándote a vivir bajo las reglas que ellos quieren que es perfectamente posible que ni siquiera sean aprobadas por una mayoría de la población. En cualquiera de los casos además el estado es el origen de un modo de control social que ha dañado a una inmensa cantidad de gente durante toda su historia: desde inventar la irracionalidad del nacionalismo (y consecuentemente el racismo), que ha llevado a multitud de incidentes, tumultos y guerras; hasta custodiar actitudes extremadamente rancias de corte conservadora como la adherencia estricta a códigos religiosos o incluso la por entonces institución de la esclavitud. Este tipo de control social tampoco es cosa pequeña en el día y pongo un ejemplo para que se vea su influencia sobre la sociedad. Piensa en la constitución española o en el código civil/penal. Si tienes menos de 60 años (algo más del 3/4 de la población española según datos de 2018) tu, aunque estés de acuerdo con ella, no has votado por la constitución ni ninguna de sus enmiendas en toda tu vida (los códigos legales tampoco se votan). Y sin embargo se espera de ti que sigas a rajatabla todo lo que hay en ella, a riesgo de cometer un delito si no lo haces. ¿Cuál sería la ética si estuvieras forzado por la ley a hacer algo que te parece inmoral y tu ni has podido votar? Y, para rematarlo, por si fuera poco, ¿has considerado la posibilidad de que sea el propio estado, que es el que tiene la potestad de proteger con sus fuerzas de seguridad la propiedad privada, sea el que ha creado y perpetua el capitalismo moderno?
Juntando el primero con lo último lo único que me saltaba a la cabeza continuamente es que absolutamente necesario por el bien de la ciudadanía sustituir al estado por algo nuevo, más eficaz, menos privilegiado. Y ese algo nuevo tenía que estar bajo control directo de la propia ciudadanía, sin personajillos decidiendo por encima de los otros.
Respecto a la economía creo que ya he dejado bien claro que considero que el sistema económico imperante es completamente impertérrito ante los obligatorios desafíos ecológicos futuros (que ellos mismos han provocado), genera inherentemente una gran cantidad de desigualdad, pobreza y miseria pese a ser capaz de producir suficiente para todos y tiene intereses contrarios a la mayoría de la población que tienen que luchar por sus derechos. Todavía no he encontrado ninguna fuente que asegure que es mejor un sistema controlado por jefes y managers que en los intereses del bienestar de los trabajadores. Y no estoy más que metiendo el pie en la orilla de la crítica capitalista por no alargarme pero que ocurre con la Cultura vacía consumista, cada vez más solitaria y competitiva, que ve a todo como producto o mercancía y a todas las relaciones humanas como transacciones. O bien ¿Por qué hay prioridad de fabricar productos de consumo (cosas inútiles) en vez de empezar con las cosas necesarias? ¿Y qué ocurre con todas esas personas que viven en el infierno corporativo de los trabajos inútiles (llamados ‘bullshit jobs’14)? ¿Y que hacemos con las personas a las que el mercado les prohíbe poder acceder a una vivienda y/o formar una familia?
Al final a lo que he ido adaptándome, dirigiéndome pasito a pasito más cerca fue a ir en busca de algo de esperanza. Algún sistema alternativo de vida que no se base en la avaricia y el desprecio como economía y que tampoco se base en la subyugación y la mentira como modelo de sociedad. Un lugar, quizás utópico, en el que se pueda ser tan libre como quieras, pero eso no signifique ser inconsciente sobre las personas que hay a tu alrededor. Un sitio donde tu sola existencia y un poco de esfuerzo sea suficiente como para garantizarte tu bienestar y poder buscar tu realización personal. En resumidas cuentas, donde se nos trate como los humanos que somos y lo único que se explote sean nuestras mejores cualidades como especie: el compañerismo, la cooperación, la perseverancia... Y ese lugar mítico lo que acabé encontrado cuando fui desvelando la gran cantidad de personas que llevan hablando de su versión de ello durante los últimos 160 años.
Su nombre: Anarquismo.
Referencias:
1. www.researchgate.net/publication/241746569_We_Already_Grow_Enough_Food
Realmente he buscado en la fuente que usan para este paper y otros tantos artículos periodísticos que es de un informe de la FAO y no ha habido manera de que la encontrara leyendo en diagonal. Se puede ver en cualquier caso, creo yo, de una manera más indirecta sabiendo que la población mundial era de en torno a 7 mil millones de personas en 2010 y que según este otro paper que parece más fundamentado (www.researchgate.net/publication/41173771_Food_Security_The_Challenge_) y fuentes oficiales como la propia FAO (www.fao.org/food-loss-and-food-waste/en/) se tira entre en torno a un 30% - 40% de la comida producida en el mundo luego por entonces se producía comida como para alimentar a entre 10 – 11 mil millones de personas.
2. unchronicle.un.org/article/losing-25000-hunger-every-day (25.000 x 365)
3. www.ft.com/content/b35342fe-cda4-11e9-99a4-b5ded7a7fe3f
4. www.businessroundtable.org/business-roundtable-redefines-the-purpose-o
5. www.nytimes.com/2019/08/19/business/business-roundtable-ceos-corporati
6. www.oxfam.org/en/press-releases/worlds-billionaires-have-more-wealth-4
7. Algo que me pareció en su momento totalmente sorprendente fue ver a milmillonarios como Bill Gates promulgar con sus bonitos gráficos del Banco Mundial como había disminuido considerablemente la pobreza en el mundo en los últimos años. Claro, que tenía tela la cosa con un par de problemillas. El primero es que la inmensa mayoría de esa disminución provenía únicamente de China. La segunda, es que el estándar de pobreza extrema para el banco mundial es tan absurdamente bajo que está sesgando completamente la realidad, hasta el punto de que algunos economistas pedían una ‘poverty line’ como mínimo 3.9 veces mayor para que fuera mínimamente razonable. (www.theguardian.com/commentisfree/2019/jan/29/bill-gates-davos-global-) Como menciona en el artículo, cuando usas el estándar razonable de pobreza el número real de pobres sube hasta los 4.200 millones.
8. www.theguardian.com/environment/ng-interactive/2019/oct/09/half-centur
9. heated.world/p/climate-models-have-been-correct
10. www.huffpost.com/entry/coal-industry-climate-change_n_5dd6bbebe4b0e29d
11. qz.com/1755954/un-climate-report-says-warming-past-1-5c-is-likely/
12. www.theguardian.com/environment/2017/jul/31/paris-climate-deal-2c-warm
13. www.nytimes.com/interactive/2018/10/07/climate/ipcc-report-half-degree
14. en.wikipedia.org/wiki/Bullshit_Jobs