Cacas de primera y cacas de segunda

No todas las cacas son iguales. Yo salgo con mi perro venerable y centenario, que anda que parece que voy detrás de la Macarena, y llevo mi bolsa o bolsas para las cacas de Martín e incluso la botella con fregaplatos para sus meaos. Y en esto que voy al único bar que hay en el pueblo con mi perro y cargado de material de limpieza y aparecen cuanto caballistas con sus caballos. Un caballo ha cagado lo que Martín en cuatro días y ¡No se ha bajado de caballo para recoger los mojones que parecían un cabezo de Huelva¡ Cuando me fui para casa Martín cagó y meó y lo recogí y lo limpié. Y pienso después de todo esto que hay cacas de primera y de segunda. O mierdas de primera y de segunda. E incluso tercera. Y seguro que votan.