Últimamente siento mucha tristeza al entrar en Menéame. Aunque casi no participe, llevo unos años leyendo las noticias (vale, muchas veces solo las entradillas) y los comentarios de los meneantes. ¿Qué me entristece? Como mujer, cada vez me siento menos cómoda utilizando este agregador debido a los comentarios cargados de odio contra las mujeres. No deja de sorprenderme. Obviamente, podría esperarme algo así de Forocoches, pero al principio no me encajaba de esta web. Al final he acabado por aceptarlo, pero no por ello deja de generarme malestar. De hecho, si no fuera porque algunas personas también ponen mucha energía en cargar contra los comentarios desafortunados que se escriben sobre las mujeres, hace tiempo que habría dejado de entrar.
Muchas veces reflexiono sobre este tema. Intento comprender por qué algunos hombres tienen este tipo de reacciones. Sé lo que ellos me dirían: se están defendiendo de los ataques del lobby feminazi. De hecho, los argumentos suelen estar cargados de bastante victimismo. Y yo pienso: ¿realmente se sienten así, de verdad se consideran víctimas? ¿Qué está ocurriendo? ¿A qué viene este conflicto? ¿Por qué esta escalada?
Una de mis conclusiones, la más benevolente, es que algunos hombres no pueden comprender las vivencias femeninas y tienen una distorsión terrible acerca de cómo es la vida para nosotras. Por un lado, lo puedo entender. Yo ya paso de los 40 y desde mi posición las cosas han cambiado bastante respecto a cuando era joven. Muchas de las mujeres sufren con la etapa en la que yo me encuentro por la pérdida de atractivo físico. Dicen que a partir de esta edad, o quizá sea de los 45, te vuelves invisible. Yo no puedo decir que en todos los sentidos esté contenta con mi deterioro, pero sí que es verdad que para mí ha sido una liberación perder atractivo. Estaba realmente harta de las conductas de algunos hombres hacia mí, que ahora han disminuido notablemente. Como mujer de más de 40, en base a mi experiencia actual no podría ni de coña hacerme a la idea de cómo son las cosas para una mujer joven si no lo hubiera vivido en mis carnes.
Si a veces hasta yo misma pierdo la perspectiva, cómo va a entender un hombre lo que vive una chica joven a diario. No puede. Creo que ni los más bienintencionados pueden darse cuenta del todo. Es muy difícil. Pero, eso sí, se puede intentar.
Hubo algo el otro día que precisamente abrió mis ojos de nuevo. Caminaba por casualidad detrás de una chica muy jovencita, yo diría que era una adolescente, aunque empiezo a perderme con las edades. Llevábamos más o menos el mismo ritmo, así que estuve tras de ella un rato. Eran las ocho de la mañana y aún refrescaba, así que tanto ella como yo llevábamos chaqueta. Supuse que ella iría camino a la universidad o a su trabajo. ¿Qué ocurrió durante el trayecto? Que nos fuimos cruzando con varios hombres y pude captar las miradas que iban dirigidas hacia ella, y entonces, recordé de golpe la repugnancia que muchas veces sentía ante las miradas ajenas que no había forma de evitar. La chica había salido temprano de su casa y empezaba así su día, sin tener manera de evitar aquello. En mi caso eso comenzó cuando yo tenía unos 13 años y aún no había empezado a desarrollarme siquiera, pero algunos hombres ya me consideraban atractiva a pesar de que solo era una niña. Miento, con 8 años un hombre quiso llevarme dentro de un portal cuando me alejé momentáneamente de mi madre para ir a comprar golosinas con mi hermano y un amigo. Llamé a mi madre a gritos y se fue corriendo.
En el imaginario masculino es un chollo ser mujer precisamente por este tipo de cosas: el resultar deseable. Y algunos hombres incluso deben pensar que es halagador para una fémina que se la repase de arriba abajo con la mirada e incluso se le haga algún comentario. En mi caso, me crie y pasé buena parte de mi juventud en un barrio conflictivo. He tenido que sufrir infinidad de situaciones extremadamente desagradables e incluso peligrosas. Conforme fueron pasando los años, cada vez fui volviéndome más agresiva y antipática.
Pero esto no solo ocurría en la calle y con desconocidos. Pasé años trabajando en un entorno masculino en el cual se me despreciaba constantemente por el hecho de ser mujer. Yo sé que para muchos hombres es muy difícil entender cómo te sientes en estos casos. Los hay que realmente consideran que vales menos y que aún tienes que sentirte agradecida por poder trabajar ahí. Los hay que les encanta compartir su tiempo contigo porque pueden hablar de temas que dicen no poder tratar con otros hombres, pero que un día cualquiera te sueltan que donde estáis no tendrían que trabajar mujeres. Los hay que se ponen babosos e incluso agresivos cuando los rechazas, yo llegué a sufrir amenazas por parte de un jefe si contaba que me había llamado borracho para tirarme la caña. Han sido muchos años y he visto de todo.
En conclusión, que sé que muchos hombres no pueden hacerse a la idea de nuestra realidad. Me gustaría que algunos pudiesen reflexionar sobre lo que explico, aunque creo que es muy difícil conseguirlo. Creo que los que ya están sensibilizados con estos temas, entenderán más o menos lo que cuento. Pero los que pasan su tiempo atacando a las mujeres porque a su vez se sienten atacados por nosotras y consideran que vamos de víctimas, no van a poder. Si no son capaces de empatizar con una muchacha que ha sido violada entre cinco hombres en un portal, cómo van a poder conectar con mi historia, de la cual he omitido los peores detalles.