En mi último viaje a Úbeda, decido más por mi abuela que por mi gusto por la iglesia, hacerme con un par de cajitas de pastas elaboradas por las Monjas de Clausura de dicha ciudad.
Cual es mi sorpresa, cuando hoy mi abuela, abre su cajita de pastas valorada por la Hermana Marketing en 4'5€ bien cobrados y se destapa el pastel, o mejor dicho, el engañabobos al que la señora, ha visto a bien someterme, escondiéndose tras un torno.