La erradicación de los lobos generó consecuencias ecológicas, siendo una de las más graves la sobrepoblación de ciervos rojos, una criatura fuera de control en estos momentos. De hecho, hoy se estima que hay 400.000 ciervos rojos en Escocia, una cifra que ha crecido sin control en ausencia de depredadores naturales. Este aumento ha llevado a un grave problema de sobrepastoreo, ya que los ciervos se alimentan de brotes jóvenes de árboles, impidiendo la regeneración natural de los bosques.