Querer no es poder, es una frase horrible. Es un proceso doloroso, porque implica renuncias, pero examinar qué estás haciendo, para qué y qué puedes descartar al final te ayuda. Es que muchas veces no vas a poder, y aunque puedas, nos empeñamos en querer conseguir cosas que bien pensado ni nos hacen falta, ni nos hacen bien. Ah, y siempre, siempre, da igual lo que te digan sobre productividad, perseguir sueños y demás, guardarse espacio para descansar.