Es un invento romano, igual que el foie. Los romanos eran expertos en putear animales para que quedasen riquísimos.
La pularda es, básicamente, una gallina puteada a la que se encierra a oscuras durante mucho tiempo para que su cuerpo asuma que pasan muy pocos días (6 de oscuridad y 1 de luz, por ejemplo).
El resultado es que no produce huevos y esa "energía" la utiliza el cuerpo para producir más músculos, que, además, como se pasa el día durmiendo no los utiliza demasiado quedando especialmente rica y jugosa.
Está deliciosa.