Marina llegó sin avisar, esas cosas pasan y le pasan a ella más que a nadie. Le dijo a Javier que tenían que hablar, como siempre que había algún pequeño lío, dramatizado como si fuera la caída del muro de Berlín. “Que a la niña la han llamado chinita de mierda en el colegio.” A Javier se le erizó la nuca, esta vez no era nada ligero ni poco grave. En ese momento recordó, sin venir a cuento, su divorcio y lo amigable que había sido todo, ni escándalos, ni quejas, ni jueces de …