La respuesta es evidente. Su mérito no reside en la experiencia profesional ni en sus excelentes calificaciones, sino en su lealtad al presidente. (Cuando se aclama a los nuevos funcionarios nombrados como disruptivos, recuerda que en la era Trump ser “disruptivo” es un eufemismo de “obediente”). En efecto, la unidad nacional está regresando, si tu concepción de la nación se limita a los que están de tu lado, si solo una parte del pueblo es realmente “el pueblo”.
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