Dicen que es un voto de castigo contra el sistema, pero cuesta imaginar cómo se puede castigar a un sistema injusto votando precisamente a sus matones a sueldo. Hagan el experimento de buscar declaraciones de líderes ultraderechistas europeos criticando a grandes banqueros y empresarios. Si después de hacerlo aún les quedan dudas, comparen la buena salud de las bolsas tras la victoria de la fascista Meloni con el pavor desatado tras la victoria de Tsipras. Miren los plácidos titulares de prensa tras la llegada de la italiana admiradora de Musso