La versión oficial que dio posteriormente la Comunidad de Madrid es que estos documentos eran “borradores”, lo cual desmiente con rotundidad el exconsejero Reyero. Las residencias dejaron de derivar pacientes por norma general y tampoco fueron medicalizadas, como se prometió en un principio. Entretanto, el hospital de campaña de IFEMA se levantó a contrarreloj. En el mes y medio en el que se utilizó, 16 personas murieron en este centro, frente a las aproximadamente 5.000 que lo hicieron en residencias madrileñas.
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