EL CRACK (1981) es un rara avis en ese cine español ochentero, cine negro con MAYÚSCULAS, donde Alfredo Landa cambia de registro en una clase magistral de interpretación y reinvención de sí mismo como actor, un detective duro, triste y arropado por unos secundarios de lujo (Miguel Rellán, Manuel Tejada, José Bódalo) en que su vida profesional, la investigación de la desaparición de la chica, y la personal, su romance con Carmen (María Casanova) una madre soltera, colisionarán como dos trenes de mercancías en una misma vía.