El espectáculo ofrecido ahora mismo por los políticos españoles tal vez no tenga parangón en el resto de Europa. Nuestra vida política se ha convertido en un baile de disfraces. Nadie quiere aparentar lo que es. Muchos no quieren ser lo que aparentan. Y bastantes en Cataluña, ¡qué diablos!, no quisieran ya ser ni lo que aparentaron, ni lo que aparentan ni lo que temen seguir siendo.
|
etiquetas: cataluña , transformismo político