Esto no va a ser nada fácil. Cuando las emociones son tan agudas, el lenguaje es un campo de minas. Así que intentaré explicarles esta historia con toda la delicadeza que sea capaz, y con todo el amor que deposito en ello. Se llamaba Blanca. Estaba a punto de hacer los 18 años y dejó una nota que decía: "Nunca me hubiera perdonado cumplir la misma edad que Alejandra". Y así, con la misma fuerza y pasión con la que había vivido, abrió la ventana de su décimo piso, desplegó sus alas de ángel y voló hacia el tenue territorio de las nubes.