El problema de Pescanova no solo está en su deuda oculta. La empresa, en concurso de acreedores, mantuvo una doble contabilidad y acumuló un pasivo que más que triplicaba el declarado. Pero además, según sospecha la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), responsable del grupo después de que el juez apartara a la cúpula, también maquilló sus resultados. Aseguró durante varios ejercicios que tenía ganancias, cuando en realidad acumulaba pérdidas, lo que supone un descuadre contable que la habría colocado en quiebra técnica.