no recuerdo un solo pasaje donde Jesucristo censure la homosexualidad, el lesbianismo o la sodomía. Lo que sí recuerdo son varios versículos donde Jesucristo condena explícitamente la usura y la acumulación de riquezas, no sólo la dificultad de que un millonario entre en el reino de los cielos sino el ejemplo de pobreza que predicó punto por punto con su vida y que el Vaticano, el Opus Dei y la mayor parte de las órdenes religiosas católicas, salvo gloriosas excepciones, se han pasado por el forro de los cojones.