Tres factores hacen hoy del Oriente Medio el espacio más conflictivo del planeta, en el que las grandes potencias no esconden su voluntad de injerencia: su posición geoestratégica como punto de encuentro de tres continentes; sus reservas energéticas de petróleo y de gas, el 65 % de todo mundo; y el proceso de creciente identidad de la comunidad árabe, confrontada con Occidente. En este marco, las transformaciones que tienen lugar en muchos países árabes (Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Bahréin, Líbano… y con menos intensidad en el resto)