Tras la puntilla a los toros en Cataluña, los usos de la céntrica Monumental basculan entre acoger el mercadillo de segunda mano de Els Encants, transformarse en exclusivas viviendas o tal vez en una mezquita. Hace cuatro años, el teniente de alcalde de ERC, Jordi Portabella, lanzó la propuesta de trasladar a su albero el vecino mercadillo con el objetivo de que la rotunda imagen del coso taurino contribuyera a que el mercado de segunda mano barcelonés pudiera competir con los de Portobello, en Londres, o el de las Puces en París.