En nuestra sociedad de consumo, patriarcal y frívola, existe el Día internacional del beso robado. Se celebra desde 2006 y se dice inspirado en el beso robado por un marino a una enfermera en Times Square. En ese momento, la emoción que llevaba al entrometimiento era el fin de la Segunda Guerra Mundial. Es cierto que el ambiente en las calles era de camaradería y una cierta efusividad reinaba en las calles. En la guerra te mueres -en realidad, te matan- y los besos suelen ser un prolegómeno para la vida.