Los detractores de Barbie siempre la acusaron de encarnar un ideal de belleza occidental, urbana y a la moda, que podía ser perjudicial para las nenas. Pero lo que nunca se imaginaron es que, además, podía tallar en la balanza comercial de un país. Al menos, así lo entendió el Gobierno argentino, que prohibió la importación de Barbie, Ken y otros personajes conocidos para los chicos, todos traídos por la estadounidense Mattel para cuidar el superávit comercial (que fue de US$ 513 millones en enero). Vía
fon.gs/twt2/