A Chen Qing le trae sin cuidado el qué dirán. Se considera una mujer individualista, pragmática, atrevida, libre. Es, dice, el reflejo de la nueva juventud urbana de China. Y, a juzgar por su apariencia, no le falta razón. Viste un mini pantalón negro y una blusa lila, a juego con sus medias. Se resguarda del frío con un plumífero rosa palo y un gorro de lana rojo, y con una sonrisa maliciosa asegura que siempre lleva ropa interior sexy para estar preparada “para lo que pueda pasar”.